jueves, 7 de diciembre de 2023

EL LASTRE EDUCATIVO MEXICANO: UN ANÁLISIS CRÍTICO DE LOS RESULTADOS DE LA PRUEBA PISA 2022

 


En la reciente entrega de los resultados de la Prueba PISA 2022, México se encuentra nuevamente en una posición preocupante, ubicándose en el lugar 51 de 81 países evaluados. Los estudiantes mexicanos, una vez más, exhiben un notorio rezago educativo en comparación con estándares internacionales en matemáticas, lectura y ciencias. La pregunta obvia que surge es: ¿cuánto tiempo más permitiremos que esta crisis educativa persista sin una acción significativa?

Desde el año 2000, México ha participado en el programa PISA, y aunque han pasado más de dos décadas, los resultados siguen sin reflejar un avance sustancial. La pandemia de COVID-19 ciertamente ha exacerbado los problemas existentes, pero los especialistas advierten que la tendencia a la baja en los conocimientos y habilidades de los estudiantes mexicanos es una realidad que se arrastra desde hace al menos 15 años.

Uno de los aspectos más alarmantes del informe PISA 2022 es el rendimiento en matemáticas, donde México ha retrocedido a niveles observados por última vez en 2003. Este retroceso debería ser una llamada de atención urgente para replantear completamente las estrategias educativas implementadas en las últimas dos décadas. ¿Cómo es posible que las reformas no hayan logrado revertir el bajo desempeño escolar y, en cambio, lo hayan exacerbado?

Los datos sobre la seguridad de los estudiantes en su entorno educativo también son inquietantes. El 22% de los alumnos mexicanos no se siente seguro en su camino a la escuela, y un preocupante 19% de las niñas y 17% de los niños son víctimas de acoso escolar más de dos veces al mes. Estos factores no solo afectan el rendimiento académico, sino también el bienestar emocional y psicológico de los estudiantes.

La Secretaría de Educación Pública (SEP) ha respondido a estos resultados con una defensa que parece más un intento de esquivar la responsabilidad que asumirla. Argumentar que la prueba PISA "no considera las condiciones reales en las que se desarrolla el trabajo docente" es simplemente una distracción. Es necesario abordar la realidad de la educación en México, evaluar críticamente las políticas implementadas y buscar soluciones efectivas.

La SEP admite que era necesario un cambio en el modelo educativo, pero las afirmaciones de que los resultados no demuestran cambios significativos son difíciles de reconciliar con la realidad presentada por la prueba PISA. La falta de mejoras sustanciales a lo largo de los años demuestra que la retórica de cambio ha quedado corta en la implementación y ejecución efectiva.

La sociedad civil y los educadores deben presionar por un cambio real y sostenible en el sistema educativo mexicano. Es hora de dejar de lado las excusas y abordar de frente los problemas fundamentales. México no puede permitirse seguir relegando la educación a un segundo plano. La calidad de la educación es la clave para el progreso y el desarrollo futuro del país, y es responsabilidad de todos garantizar que se realicen los cambios necesarios para lograrlo.

 


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